viernes, 11 de noviembre de 2011

Déjenme ir


Déjenme ir por el sendero de rosas
que divise en una noche tormentosa,
cuando el sentido de mis letras se perdieron
en aquellos sentimientos no correspondidos.

Déjenme ir por aquel sueño olvidado
que no supe aferrarlo con cadenas a mi vida,
y que en algún momento de mis días
deseo con ansias poder cumplirlo.

Déjenme ir por aquellas risas añoradas
que me envolvían en fantasías mágicas
mientras mi alma sentía tanta paz
y a ese son, mi corazón latía de felicidad.

Déjenme ir por los amigos ignorados
que en ocasiones no supe apreciar,
por cuidar otros cariños
que al final no eran importantes.

Déjenme ir por los viajes perdidos
que por tantas razones no llegue a tiempo
para embarcarme en las nuevas emociones
y ganas de vivir cosas nuevas.

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