Me envuelvo hoy en esta tristeza que me ahoga
mientras acaricio suspiros guardados
en aquel cofre que lleva tu nombre
y es así que me pierdo entre cielos azules.
He sentido desfallecer muchas veces
cubierta del manto doloroso de no tenerte,
y al anochecer mis lágrimas son riachuelos
vestidas agridulcemente de la realidad vivida.
Notaras algún día que mi pluma esta triste
que se contagió de un día nubloso de invierno,
y por las noches ya no percibe el canto nocturno
de esos enamorados que se encuentran con la pasión.
Mi inspiración es como esa brisa tan ligera
que roza apenas tu rostro al contacto,
ya que aún no se repone de tu ausencia
y no percibe el sentido de este tiempo finalizado.
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